Hablemos de Izumi Curtis (contiene spoilers)

Izumi Curtis, en un fotograma del anime Fullmetal Alchemist: Brotherhood, tras levantar una barrera de piedra y detener el desborde de un río. Su esposo, Sig Curtis, sostiene un paraguas para protegerla de la lluvia.

Izumi se presenta, normalmente, como una simple ama de casa. Pero, además, es una alquimista, de las mejores en Amestris, y una experta en artes marciales. Los hermanos Elric la llaman "sensei". Se pronuncia [sensee], alargando suavemente la 'e' final. 

Junto a su esposo, Sig Curtis, tiene una carnicería. Gracias a sus destrezas, salvó al pueblo de Resenbool de una inundación. Fue entonces cuando Edward y Alphonse Elric, aún niños, huérfanos de madre y con padre ausente, le suplicaron ser sus discípulos. Ella aceptó, con condiciones infrahumanas, que fueron decisivas para consolidar la vocación de los protagonistas de Fullmetal Alchemist.

Años antes, Izumi y su esposo intentaron muchas veces ser padres, sin resultados alentadores. Por eso, cuando lo lograron, fueron inmensamente felices. Pero el embarazo resultó de alto riesgo y su tan deseado bebé murió al nacer.

Habiéndolo perdido y sintiéndose vacía, intentó un método prohibido a cualquier alquimista: la transmutación humana, para resucitar a su hijo. Como resultado, trajo consigo a un ser despreciable y, a cambio, perdió parte de sus vísceras y todo su aparato reproductivo. 

En estas condiciones, Izumi vivió muchos años vomitando sangre cada vez que se sometía a esfuerzos. Aún así, entrenó a Edward y Alphonse, se alió a la resistencia del coronel Mustang, ganó la admiración de la general  Olivier Armstrong, otra mujer extraordinaria, se resistió a ser un sacrificio ante el Padre de los homúnculos y ayudó de manera significativa a salvar el país y la dignidad de las personas. 

Me gusta mucho Izumi Curtis porque hace lo que cualquier mujer íntegra, fuerte, segura de sí misma, dolorida o compadecida, sería capaz de hacer. 

Por eso, creo que merece la pena hablar sobre ella, aunque sólo sea parte de la genialidad de una mangaka granjera de 48 años, que tiene mucho de sí para compartir con la humanidad. 

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