Hace exactamente una semana

La verdad no sé qué hacer con este nudito en la garganta, sobre todo porque no tiene razón de ser, ni de no ser. No debí pedirle que me diera un beso, aunque vi que se moría de ganas. Debí ser más fuerte que todo lo que he sido antes, pero de todos modos hice el tonto. Pensé que no importaba, que era yo quien jugaba y él quien se lo pasaba mal. Pese a eso, me besó, y me encantaría haber estado menos borracha para acordarme bien ahora.
Ahora está avergonzado. Aún no nos hemos visto, quizás deba prepararme para irme al diablo definitivamente (no sería la primera vez)... ya debería irme al diablo desde ahora, sin que me manden, sería más sano para mi corazón y más digno. No sé, no aprendo, me gusta hacer de trapeador.
Lo que sí sé es que no lo quiero (gracias a Dios). Es decir, bastante cariño había, sí, pero el miedo lo ahogaba todo muchas veces, y mi subconsciente, sin dejar de defenderse con malos tratos y golpes bajos. Si las cosas han sucedido así, por algo mejor para mí será.
Creo que debo empezar a olvidar el asunto. Aniquilar las esperanzas (y no deja de sonarme su frase, de las pocas que pesqué en tal estado: "quiero vivir muchas cosas a tu lado, no como amigos sino como enamorados, pero ahora no es un buen momento para mí"). No, ni hablar, las cosas suceden o no suceden, sin más. Y debo verle la cara hasta que acabe su voluntariado... Me gustaría borrarme un rato del mapa, olvidar todo. Aniquilar esperanzas, recuerdo cómo se hace eso, pero no tengo muchas ganas.
Lo haré... ¡Mierda, cómo cuesta el arranque!, pero lo haré. Con lo contrario no gano nada. Y ya está bien de dejarme botar. Siempre lo presiento, siempre sé lo que va a ocurrir, y siempre dejo que me atropellen. Tonta.
Bueno, a ver, hoy tocan unas cervezas negras con las amigas y después, a descanzar un poco de hacer nada. Pero primero, acabar un par de cartas. Luego, a ver si me sale el olvidar este tonto asunto. ¡Y ya está bien de dejar que me dañen, que aquí la bruja mala soy yo!

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