Anacronía
Y hablando de finales, hace un par de días supe un detalle, un detalle pequeñito que debí saber hace dos años (por lo menos), frente a una conciliadora taza de café. Pero las vueltas de la vida no siempre permiten que los mensajes se transfieran de emisor a receptor, de manera personalizada, sin medio alguno. Los hados se empeñan en promover el infortunio, pero, oh, providencia, también llevan y traen noticias, palabras pequeñas, hilos sueltos de todos los colores que dejan colgados de los árboles, del portal de tu casa, bajo la almohada. Y habrá que tener ojos para ver, prestar atención y descubrir que lo que esperabas oír ha sido ya dicho y viene a ti, cargadito de ese contenido que tanto dolor te habría ahorrado y que ahora, aún a la distancia, te trae algo de paz.
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El hilito azul estaba sobre la mesa de centro, en el salón de una vieja amiga . Benditas sean las amigas.
El hilito azul estaba sobre la mesa de centro, en el salón de una vieja amiga . Benditas sean las amigas.
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Por fin puedo...
Por fin puedo...
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