Asuka (¡As-KA!), la hija adoptiva de mis anfitriones...
Sophia y yo, luego de la compra, esperando el autobús.
A veces ocurre que se acercan. Los pichones tenían hambre. Mantuvieron un diálogo fluido conmigo, hasta que llegó Sophia, con la gata, y la madre cisne se nos enfadó.
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