Grato

Aprendí: a veces es difícil mantener la cordura por uno mismo, pero resulta bastante más sencillo si lo haces por alguien más. Y por alguien más no fumo tanto como a veces, sobre todo en días nerviosos o rupturas repetitivas, o no más aspirar aquello que ayuda a no sentir dolor, o usar preservativo, por si acaso, o cumplir con las vacunas, o estudiar, o tomar un trabajo, o procurar un mejor sueldo, o demostrar sensatez, pese a los gusanos en ano y pies.

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A veces simplemente existes por otros y eso está bien, quita egoísmo a tus idas y venidas, a tus intenciones, a tus acciones, te hace mejor, aunque debas reprimir humanidades oscuras que a veces te afloran por la nariz.

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No quiero ser dulce. No estoy triste y no parezco triste. Mis dedos van solos, despreocupados, sin gustarte o sí, sólo tengo ganas de escribir. Pensaba en mi familia bonita, mis tres personas más importantes del mundo, en todo lo que valen, aunque incomprendidos, pues no hay perfección en estas tierras y eso es maravilloso. Y pensaba también en mis amigas y amigos. Y en mí.