Familiar

Ni siquiera siento que haya pasado el tiempo y sucede siempre, siempre este no ser conciente de que me fui y estoy de regreso, pues estoy de regreso a todos los lugares donde voy y de donde me voy, porque son parte de mí, son mi hogar, aunque dure poco y sólo distinga de entre ellos la casa donde Mamá y Hermanos esperan mi retorno, sin dejar de vivir su vida, sin dejar de crecer, sin dejar de quererme más, sin verme siempre y viéndome como siempre, sin cambios, pese a mi cabeza llena de experiencias nuevas, que van, vienen, se quedan y escriben una libreta de apuntes agridulces, que hace bien, aunque a veces pesa demasiado sobre mis hombros. 

Esta ausencia de raíces ya es crónica, totalmente mía, determinante, así soy, así nací, es yo (soy yo), es quien escribe en un teclado problemático de cabinas públicas, por no tener computadora en casa, ni laptop, y quien gana lo que gana por consultoría, por escribir, que escribir me mantiene viva, como reír y querer, como viajar. 

Este día (ya es de noche) sucedió entre arena y olor infantil a animales de granja, bajo un sol benévolo de costa seca, pues ya conocí por muchos meses el sol de la sierra y puedo decir que el nuestro, el de costa norte peruana, es benévolo. Mamá cuidó de nosotros, nos mostró, orgullosa, el lugar donde trabaja desde hace algunos meses, nos invitó comida típica de tambogrande y helados. hace mucho que no me dejaba cuidar por ella, que no me sentía tan simplemente feliz, pequeña y sin vergüenza alguna, porque el mundo sigue siendo mío cuando yo quiera y cuando dios y sus ángeles de carne y hueso me ayuden a conseguir lo que deseo o a perderlo, que a veces eso también es bueno. 

Deseé Enamorarme por enésima vez del chico de Sullana, aunque nació en trujillo, como nací en Piura, pero de Sullana. Me doy cuenta que nos hemos perdido de nuevo, Barcelona es muy lejos, ¿no? Y que me gustas desde la universidad, como nadie (mucho, mucho tiempo). Recordé que trabajabas en Tambogrande e imaginé la sencillez de tomar tu mano y respirar este aire que es nuestro, que nos acoge aunque vayamos por el mundo complicándonos la vida, pese a un mundo con corazón de Mujer Madre, Mujer premenstrual y mano de herrero. 

Susana, Amiga mía, por fin he entendido tu canción. ¿Qué te puedo decir? es bonito conocernos y ser Hermanas. hoy ha sido uno de esos días felices, sabemos más de nuestro corazón y de esta tristeza que, esperemos, alguna noche próxima montará en su Poesía y se irá.

Comentarios

Susana dijo…
Gracias Angela, no es fácil vivir en tránsito sobre todo si éste es perpetuo.
Cuando uno se da cuenta de lo mucho que ha corrido recién se da la vuelta a contemplar el viejo camino... y te preguntas: ¿cómo empecé? y te cuestionas: a ti mismo.
Necesitamos raices... algunos tardamos años en encontrarlas aunque siempre las llevemos en las suelas de nuestros zapatos.
Mamá de 2 dijo…
Yo sé que aún no he encontrado un buen lugar para echar raíces... El problema es que de tanto andar, amar y sufrir, ya no sé si algún día quiero echar raíces en algún lugar, aunque sea bueno.
En fin, sigo dando vueltas, amiga, y sigo huyendo, aunque cada vez se me ve más contenta (quien pudiera entrar en mi cabeza y dejar de adivinarme, sino padecerme).
De todos modos, en el fondo, en el fondo tú sabes y yo sé que me alegra ser así, porque no puedo ser de otro modo y así habemos algunos por el mundo, aunque nos lo cuestionen en los test psicológicos al postular a un trabajo.
Digo, ¿por qué esta discriminación? Es tan injusto... Algunos quieren ser curas; otras, monjas; otros, administradores de empresas; otros, millonarios; otros, revolucionarioas... ¿Por qué no puede entonces existir e instituirse nuestra vocación, amiga mía, como algo comprensible y respetable? La vocación del trotamundos, no por eso irresponsable, no por eso incapaz de cumplir con compromisos...
Al menos tenemos la gran ventaja de poder trabajar en cualquier circunstancia climática, no nos quejamos por falta (o exceso) de comodidades y nos adaptamos muy bien a todo... ¡Vaya, hasta deberían buscarnos con este perfil!...
Si mi memoria no me falla, alguna vez me buscaron así.
¿Crees que podamos detenernos en algún momento? Yo no sé si quiero.
Un abrazo, corazón. Te quiero mucho.
Susana dijo…
sólo tengo una vida ángela... mis raíces echan en cada puerto que estoy... sería triste, creo, si me quedo en un lugar toda la vida mirando el mundo pasar sin poder realmente descubrir lo que hay más allá. No sé si nuestra vocación tenga algo que ver con el heroísmo, no lo sé, o con una estima alta (o baja). sólo quiero que en estos cincuenta años que me quedan de vida (que para algunos es mucho) pueda viajar borrando fronteras, experimentar el mundo y mi mundo... ¿somos pasajeras en tránsito perpetuo? no lo sé... yo sólo busco y busco, me alimento y me alimento, sigo sin detenerme aunque a veces pueda estar un poco cansada
Susana dijo…
y cuando me canso lo que hago es detenerme en un lugar sin ruido y aspirar toda la naturaleza... o ir donde mi familia (mis viejas raíces)...
besos
tqm

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