A propósito de un congreso

Pobladores de Balsas (Suyo) trasladando las llaves para instalación domiciliaria de agua potable. Cuesta conseguir el aporte y compromiso comunal, pero no es imposible y resulta más efectivo que cualquier peonaje remunerado, porque es para que ellos y sus familias estén MEJOR.
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Piura, 10 de octubre de 2006. Día mundial de la lucha contra la desnutrición infantil. No te sientas tan orgulloso de llevar en alto la bandera de la alfabetización. Es importante, no lo niego. Es fundamental. Es tan, pero tan vital que tu población, electora o no, sepa leer y escribir, que ya no debería ser un acto de grandeza de tu gobierno, ni una justificación de tu bajo presupuesto al Ministerio de Educación, sino un derecho humano, inherente al nacimiento, como el mismo nombre, como la vida, como tener acceso a los bienes básicos para dejar de sobrevivir.

¿Por qué me malentiendes? Eres adulto, eres doctor, eres el jefe de una comisión generada por el gobierno central, para tomar decisiones importantes, que pueden mejorar la vida de todos los peruanos y peruanas. No tienes derecho a malentender, ni a malinterpretar, ni a desfigurar mis palabras para manifestarte sabio ante la población que te ha estado escuchando toda la mañana y que sabe muy bien de lo que hablo.

Tampoco tienes derecho a criticarnos porque no pedimos tu interesante presentación en Power Point. Eso vendría luego, ¿o querías que interrumpamos las “buenas maneras políticas” para asaltar con nuestras “USB Memory” a la pobre y salvadora Laptop? ¿O acaso tu soberbia te ciega al punto de no poder admitir que muchos y muchas no teníamos nada qué preguntar, ni a ti, ni a tus colegas autoridades?
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No necesitas esperar a que toda tu gente sepa leer y escribir para educarla, para recuperar sus valores personales y su sentido de nación. Cualquier ser humano puede hacer patria, aunque no tenga firma. Necesitamos capacidades que nos ayuden a vivir con dignidad y para eso está la educación, la recuperación de la autoestima, el conocimiento completo de nuestras realidades, valores y tradiciones variadas, dispersas y totalmente respetables. Necesitamos saber cuáles son nuestros deberes y derechos, cuál es el sentido de ser peruanos y peruanas, cuál es nuestro aporte social, cuánto vale nuestra cultura. Necesitamos aprender que dinero no es sinónimo de desarrollo, aunque así lo parezca, aunque quienes tienen mayor poder adquisitivo estén física y materialmente en ventaja, siempre. Necesitamos entender que merecemos, para nuestras familias y nuestros estómagos, la misma calidad de los productos que cultivamos para exportación.

¿Has aterrizado tus propuestas? Hazlo. Las acciones públicas son importantes, las ceremonias convocando prensa ayudan a difundir, pero difusión no es formación (y que me perdonen mis semi-colegas, los periodistas, pero así son las cosas, en Perú, la China y la Cochinchina). ¿Quieres que la gente de los pueblos pequeños te quiera y te aprenda? Pues tómate el trabajo de conocerlos primero, que el foráneo eres tú, por más capitalino que tengas el acento, el foráneo, aquí en mi departamento y en cada pueblecito, eres tú.

La alfabetización es un derecho humano, no una excusa de elección y reelección. Vergüenza me daría tener que recurrir a asociaciones docentes de último minuto, sin reparar en metodologías adecuadas, para sumar cifras estadísticas aceptables a la escena mundial. Más vergüenza aún de continuar con políticas asistencialistas, que nos han convertido en cojos y mancos, en convenidos y sinvergüenzas, sin querer queriendo. Somos parte del “vicio”, ¿para qué negarlo? Todos y todas. Si no sabemos cuáles son nuestros deberes y valores ciudadanos, ¿podremos entender que la calidad de vida cuesta esfuerzo, orden y trabajo?

¿Y qué me dices de estas marcadas diferencias sociales que han condicionado la voluntad de bastantes? ¿Qué me cuentas de la desigualdad de oportunidades que nos ha llevado, muchas veces, a tirar la toalla?

Apostemos, pues, porque cada quién sea artífice de su propio desarrollo, del progreso, de la obtención de un nivel de vida digno. Pero no nos ampares misericordiosamente a quienes optamos por ti porque eres la única opción. Tu deber (nuestro deber) es otorgar esas capacidades, hacernos útiles, que no lanzar buenamente soluciones insostenibles, que nos hagan parecer “buena gente” sin fundamento.

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¿Quieres saber algo interesante? En el distrito fronterizo de Suyo, Comunidad de Pampa Larga, la mayoría de habitantes son apasionadamente fujimoristas. ¿Sabes por qué? No será porque el controvertido ex presidente les dio educación, alternativas económicas, luz y agua. Nada de eso, esas son estupideces. Lo que hizo fue colocar, en el caserío Encuentros de Quiroz, una antena retransmisora, para que todos los que tuvieran televisor a batería puedan ver los canales peruanos de señal abierta, no los ecuatorianos, que los llenaban de jergas y desinformación patriótica.

Además, construyó un par de sus colegios anaranjados e incentivó a las personas a mantener la bandera peruana izada hasta las 6 de la tarde. Cosa importantísima que estaba olvidando mencionar, por lo cual hasta ahora le recuerdan con respeto y cariño: ha sido el único presidente peruano que no ha tenido asco de llegar hasta sus pueblitos alejados, que ha andado por sus caminos tostados de sol y tierra arcillosa, acariciado a sus niños y niñas y, en fin…

Que ya lo saben, que así de fácil se compran favores y votos, que no es justo, que no abuses tú también, doctor. Que hagas bien las cosas, nada te cuesta. Dale una miradita a los lugares que he mencionado hoy, entérate que en esos caseríos fujimoristas la extracción ornamental de minerales (oro y cobre) está cobrando cada vez más adeptos, con la consecuente venta (ilegal) de terrenos comunales a mineras de norte, centro, sur, contrabando, etc.

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Sólo no nos confundas más, señor doctor inteligente. Sólo descentraliza tus buenas decisiones y procura hacer bien las cosas, tú que tienes la oportunidad, los recursos y la obligación de.

Ya me gustaría haberte explicado mejor todo esto, pero me puse nerviosa y el tiempo era corto. Además, soy “demasiado joven”, ¿no? Pero bueno, se les agradece el chance de poder decirles algo de mucho, ministra, doctor de doctores, catedrático, consejera, especialista, analista, economista, congresista, diplomático, embajador, bienintencionados todos. Sólo… procuren hacer las cosas bien.

Muchas gracias.

Comentarios

Ernesto dijo…
Admiro tu paciencia y capacidad de denuncia ante todo lo que ves a tu costado, es facil muy facil para ellos que se creen con la solucion el pedir que los apoyen y "comprendan" pero olvidan la verdadera razon de su cargo.

Claro.... queda muy bonito el llegar con un cargo que impresione, y mas aun... te la llegas a creer y piensas que de veras estas haciendo algo!!!

Gracias por recordarnos esta realidad.

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