Vainilla, chocolate...
Lo cierto es que no me fijé en la cara descompuesta de mi compañero de Las Arenas, luego de aquella llamada inquisidora que le hicieran el niño de chalet en Bidezabal y el de chalet en Algorta, esa noche en que conocí el Puerto Viejo. Tiempo después me enteraría de la pregunta incisiva que, a modo de saludo, formuló el más audaz de ambos, mientras el otro reía, fumadísimo:
- ¿Qué pasa? ¿Ya te hincaste a la inca?
Había que comprender, son bromas de muchachos, son cosas de jóvenes, son conversaciones de hombres. Comprender y callar, claro, para no dejar mal parado al de Las Arenas, por ese extraño criterio de solidaridad masculina, juego limpio (en la carrera por hincarse a la inca, tal vez), etcétera.
A veces suelo sentir que de haberlo sabido a tiempo, en el momento oportuno, me habría ahorrado tanto desdén… Tanto desprecio…
Ay…
Motivos valiosos tendría Ricardo Palma para hacerle decir a Simón Bolívar aquello de que hay que desconfiar de las personas sin enemigos.
…
Esta tarde conversé un ratito por Skype con un buen amigo y amante de ocasión (como ocasionales han sido las veces que nos hemos visto). Comenté lo de la buhardilla para setiembre, con la compi loquita y todo eso. Le invité a quedarse con nosotras cuando viniera a Bilbao, “porque tenemos sofá-cama en el salón”.
Al rato me di cuenta: ¡Por fin he logrado deshacerme de otra atadura!… ¡Por fin, por fin, por fin!
Y bueno, me estaba preguntando quién será la chica del spot publicitario de Magnum Temptation. Es una de las mujeres más bonitas que he visto en mi vida.
:
Por cierto, ¿en qué parte de Europa dejan entrar al Metro comiendo helado? ¡En esas circunstancias hasta yo me sentiría una reina! :
- ¿Qué pasa? ¿Ya te hincaste a la inca?
Había que comprender, son bromas de muchachos, son cosas de jóvenes, son conversaciones de hombres. Comprender y callar, claro, para no dejar mal parado al de Las Arenas, por ese extraño criterio de solidaridad masculina, juego limpio (en la carrera por hincarse a la inca, tal vez), etcétera.
A veces suelo sentir que de haberlo sabido a tiempo, en el momento oportuno, me habría ahorrado tanto desdén… Tanto desprecio…
Ay…
Motivos valiosos tendría Ricardo Palma para hacerle decir a Simón Bolívar aquello de que hay que desconfiar de las personas sin enemigos.
…
Esta tarde conversé un ratito por Skype con un buen amigo y amante de ocasión (como ocasionales han sido las veces que nos hemos visto). Comenté lo de la buhardilla para setiembre, con la compi loquita y todo eso. Le invité a quedarse con nosotras cuando viniera a Bilbao, “porque tenemos sofá-cama en el salón”.
Al rato me di cuenta: ¡Por fin he logrado deshacerme de otra atadura!… ¡Por fin, por fin, por fin!
Y bueno, me estaba preguntando quién será la chica del spot publicitario de Magnum Temptation. Es una de las mujeres más bonitas que he visto en mi vida.
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Por cierto, ¿en qué parte de Europa dejan entrar al Metro comiendo helado? ¡En esas circunstancias hasta yo me sentiría una reina! :
Comentarios
Y bueno... mas de una vez me meti al metro de Nuevos Ministerios o Mar de Cristal comiendome un helado.
Nuevo piso..... yeeee, felicitaciones nuevamente :)
Si te fijas, la modelo tampoco "come" mucho, ese Magnum es eterno. No podemos negar, sin embargo, el buen trabajo del scrip…
En todo caso, creo que se trata de un helado más bien "gourmet", para gente de paladar fino. Es lo que he podido interpretar de todas las campañas publicitarias que he visto (¡y lo que cuesta!). Así que, colega, no lo han hecho pensando en el pueblo, lo siento...
Lo de poder entrar comiendo helado en el metro fue con segunda, yo sé bien que esto sucede sólo con los provincianos de Bilbao, que tienen guardias de seguridad ex profeso para evitar que cualquier impresentable vaya comiendo cualquier cosa en el trencito de marras (tienen que cuidarlo, es el "mejor subterráneo de Europa").
Eso no evita, claro, que cantidad de impresentables borrachos lo vomiten cada fin de semana...
Cosas
Dora, tu comparación aristocrática trajo a mi memoria aromas "agridulces" de la primera vez que llegué a España. Creo que las cosas han evolucionado mucho desde entonces (eso, o es que mi pobre nariz ya aguanta de todo).
Respecto a los helados, yo suelo comprar tarrinas de Eroski, cuestan lo mismo, engordan lo mismo y viene mucho más. Eso sí, lo que dices, ni punto de comparación con los helados caseros hiperconcentrados de leche y fruta natural.
Uyyyy... lúcumaaaaa...
Abrazos y besos :)
Angela