Grata sorpresa

Una noche de esas, que últimamente me suceden sólo de vez en cuando. Estudiantes jóvenes, latinoamericanos expatriados, bebiendo y añorando, como si de personajes cortasianos se tratara, sin las causas esnobistas de aquellos, pero sí compartiendo mucha, mucha indignación.

¿Y para qué sirve, a veces, la indignación? Para hablar, si no queda más remedio. Sólo para hablar y añorar.

Hay que reconocerlo: faltan trincheras, ovarios y testículos. O a lo mejor, sencillamente, carecemos de un arma, o la verdadera posibilidad de, como diría el Gran Jefe, “hacer la revolución”.

No, no hablemos de revolución. En las revoluciones siempre mueren los más pobres, los inocentes, los eternamente jodidos. Soy anti-revolucionaria. Apuesto por el ahorro de sangre, trabajo en solitario, cobro por baja, creo en minar bases, en el poder del poder bajo la sobra y de la mira telescópica de un francotirador.

En todo caso, fue agradable saber que Calle 13 no era un dúo reggaetonero usual. Me fastidiaron mucho con aquella huachafada de “atrévete te te, salte del closet”, sobre todo porque la mayoría de llamados masculinos a la liberación sexual femenina tienen como finalidad clave el beneficio hedonista de ellos, gracias a la desinhibición de ellas.

Pero los colombianos de esa noche me mostraron una canción que decía:

Allá abajo, en el hueco, en el volquete, nacen flores por ramillete. Casitas de colores con la ventana abierta, vecinas de la playa, puerta con puerta. Aquí yo tengo de tó, no me falta ná, tengo la noche que me sirve de sábana. Tengo los mejores paisajes del cielo, tengo una neverita repleta de cerveza con hielo…

Visto el vídeo, admito que, como peruana y latinoamericana, tiendo a conmoverme con esta clase de manifestaciones culturales. Esa contundencia que se dice bonito, tras una melodía alegre. Ese carácter jovial “pese a todo”, una manía poco entendida por pensadores puristas y cínicos peores que yo (porque soy cínica, pero no llego a ser maestra de tal postura filosófica).

En fin, ya se sabe que una canción no va a cambiar el mundo, pero a veces basta con que consiga hacer pensar y pensar es muy, muy necesario, sobre todo entre seres que nos jactamos todo el tiempo de poseer intelecto, libre albedrío, artes, etcétera, pero vivimos mirándonos al espejo.

Otro dato curioso: la camiseta del vocalista de Calle 13 al recoger su premio MTV Latino, en Bogotá, la semana pasada:
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“Uribe, paramilitar”. He tratado con suficientes colombianas exiliadas, perseguidas, acosadas por el actual gobierno colombiano, pero también suelo toparme con personas provenientes de clases altas que cuentan orgullosas sus relaciones con la familia presidencial, e inmigrantes sin papeles que defienden a un presidente “con huevos”, que por fin ha hecho frente a las FARC.

No me extraña, hay fujimoristas en Perú.

Quizás haga falta que todos nos quedemos físicamente ciegos, como en la novela del portugués, para que aprendamos a ver mejor.

Comentarios

Nicky dijo…
hola tía, solo una corrección, calle 13 es un duo puertoriqueño...

por cierto la cancion que mencionas la vi una vez (en video) en medio de un larguisimo viaje en bus a cusco......muy buena....

y se puede amar o odiar a Uribe, igual que a Fujimori, todo depende del lado de la vereda en el que te encuentres....

si sendero o las farc se han cargado a alguien de tu familia, algun amigo o simplemente te joden la vida, pues es probable que seas fujimorista o uribista....

si siempre encuentras el vaso medio vacio, es probable que termines siendo como Javier Diez Canseco, siempre en contra y prefieriendo la anarquia y la "lucha" social..
Mamá de 2 dijo…
A eso voy cuando hablo de la ceguera... Capacidad para ver más allá de lo bueno o malo marcado por lo que nos ha dado alegría o daño en la vida...

Un abrazo. Siempre es un placer saber de usté!
Nicky dijo…
Comparto sus apreciaciones doña, pero de hecho, es dificil hacer jucios objetivos y pragmaticos si uno ha sido directamente tocado por uno u otro bando (en cualquier espacio o ámbito).....

Conozco gente que ama a Fidel, por haber puteado recontra barato en La Habana, levantandose putas que no podrian pagar en Perú....

Y alguna vez tuve contacto laboral con una de las chicas de la Venezuela de Chavez (le faltaba nomas la estampita de chavez en el pecho, del tipo de las del Cristo morado). Junto a ella, don Bieto y Romulito son niños de pecho....

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