Navidades y cosas de esas
No recuerdo cómo se llama este niño, pero sí que ese día me encomendaron, además del trabajo habitual de logística-sensibilización-documentación-etcétera, averiguar sobre cómo pasaban las personas “de por ahí” la navidad, tal vez por ser ese un frío día de diciembre del año 2003, en la Meseta Andina.
Y bueno, como a la editora se le había metido esa cursi (sí, cursi) idea en la cabeza, obedecí, pues aún no tenía suficiente confianza para ir a mi bola y entrar en nebulosísimas ralladuras personales.
Entonces, luego de una rigurosa averiguación de datos reglamentarios (mis padres han venido al taller de capacitación porque son promotores de salud en el pueblo y tienen interés en saber cosas que les hacen bien, y la invitación, el refrigerio, el clima y tal) y de que vine porque no podían dejar a mi hermanito solo en casa y alguien tenía que cuidarlo, lancé la desubicada pregunta: ¿Cómo pasará tu familia la navidad?
¿Navidad?... Hum… Eso es algo que celebran los creyentes, ¿diga?
Si te volviera a ver, jovencito, te diría: No, cariño, no es algo que celebran los creyentes nomás… Pero a estas alturas, sabrá Dios qué es.
Comentarios
Soy Laia, acabo de encontrar tu blog en mi correo electrónico del tiempo en el que estuve en Perú, en Mosoq Runa. Ahora ya llevo algo más de un año en Barcelona.
¿Cómo te va todo? Viniste a Bilbao al final? Si no recuerdo mal tenías proyectos para venir para acá.
En fin, un abrazo y espero volver a saber de ti!
Laia.-
La Navidad para los creyentes efectivamente es una celebración... y para los no-tan-creyentes, creo que al menos es un símbolo... es todo caso, está en las manos de cada uno trascender la celebración o el símbolo y aprovecharlo haciendo "algo" o "mucho" por los que lo rodean.
Igual quiero aprovechar este post para enviarte mis saludos "navideños"... llenos de los mejores deseos para ti y que el 2009 sea mucho mejor que el 2008.
Besos desde Lima!
Galileus.