OeNeGeando...
El otro día, en una de esas reuniones fastuosas (y largas) a las cuales nadie me invita y en las que, dados los “pisamierda” rojos que siempre llevo puestos, no soy bienvenida, escuché un acalorado debate entre culturosísimos congresistas de la república y reputados funcionarios (y funcionarias) de la cooperación internacional, acerca de la nueva posición que Perú ocupa en el mundo, según su índice de desarrollo humano.
El “problema” era simple: ya no somos un país en extrema pobreza, ergo, debemos ser más ingeniosos al solicitar fondos de cooperación, priorizando el fomento de capacidades para establecer pequeñas empresas autoabastecedoras de recursos. Las PYMES en el centro del interés, su formalización, etcétera. Muy de moda en España y alrededores. La gente debe salir por sí sola de la pobreza. La capacidad humana y el uso de su libertad. La señalización de tanques de agua, para la foto de rigor. Eso.
Luego conversaron sobre lucha contra la pobreza (teorías varias, coeficiente de Gini, entre otros recuerdos de algunas clases mal aprovechadas del bendito máster), los derechos humanos, objetivos del milenio, declaración de París y demás, como para no perder el sentido “instructivo” de la convocatoria (justificando así, tal vez, el hotel caro, los canapés finos y el champagne de calidad parlamentaria).
Lo que estuve preguntándome todo el tiempo, debido a mi tendencia natural a romper la magia en esta clase de situaciones, es: ¿Y en qué momento esta gente se sentará a planificar cómo hacer para que el dinero de la cooperación se aproveche apropiadamente, de modo que en un futuro cercano YA NO LO NECESITEMOS MÁS?
Claro, me enervó ver a tan selecto grupo humano discutiendo sobre cómo hacer para continuar sacando provecho a la políticamente correcta “generosidad” de Europa y Estados Unidos, en vez de preocuparse por hacer una evaluación efectiva de los proyectos ya ejecutados, establecer un correcto sistema estatal para la formulación de nuevas propuestas (de modo que dejen de ser acciones paliativas y aisladas de una buena vez), fortalecer redes sociales (pues una población crítica y razonable engrandece a cualquier país que se precie de ser democrático), entre otras carencias básicas.
Pero no, lo más propio y conveniente, al parecer, es seguir estirando la mano. Se trata de la política de los harapos, tenemos que vernos “pobres” para que nos siga llegando la ayuda social. Debemos maquillar correctamente las matrices de marco lógico (no olvidar el lenguaje inclusivo) y orientar las peticiones a lo que ahora es “chachi” promover desde los países donantes…
Ay.
Por cierto, debo comprarme nuevos zapatos, los “pisamierda” tienen huecos… ¡Pero es que son tan bonitos!
El “problema” era simple: ya no somos un país en extrema pobreza, ergo, debemos ser más ingeniosos al solicitar fondos de cooperación, priorizando el fomento de capacidades para establecer pequeñas empresas autoabastecedoras de recursos. Las PYMES en el centro del interés, su formalización, etcétera. Muy de moda en España y alrededores. La gente debe salir por sí sola de la pobreza. La capacidad humana y el uso de su libertad. La señalización de tanques de agua, para la foto de rigor. Eso.
Luego conversaron sobre lucha contra la pobreza (teorías varias, coeficiente de Gini, entre otros recuerdos de algunas clases mal aprovechadas del bendito máster), los derechos humanos, objetivos del milenio, declaración de París y demás, como para no perder el sentido “instructivo” de la convocatoria (justificando así, tal vez, el hotel caro, los canapés finos y el champagne de calidad parlamentaria).
Lo que estuve preguntándome todo el tiempo, debido a mi tendencia natural a romper la magia en esta clase de situaciones, es: ¿Y en qué momento esta gente se sentará a planificar cómo hacer para que el dinero de la cooperación se aproveche apropiadamente, de modo que en un futuro cercano YA NO LO NECESITEMOS MÁS?
Claro, me enervó ver a tan selecto grupo humano discutiendo sobre cómo hacer para continuar sacando provecho a la políticamente correcta “generosidad” de Europa y Estados Unidos, en vez de preocuparse por hacer una evaluación efectiva de los proyectos ya ejecutados, establecer un correcto sistema estatal para la formulación de nuevas propuestas (de modo que dejen de ser acciones paliativas y aisladas de una buena vez), fortalecer redes sociales (pues una población crítica y razonable engrandece a cualquier país que se precie de ser democrático), entre otras carencias básicas.
Pero no, lo más propio y conveniente, al parecer, es seguir estirando la mano. Se trata de la política de los harapos, tenemos que vernos “pobres” para que nos siga llegando la ayuda social. Debemos maquillar correctamente las matrices de marco lógico (no olvidar el lenguaje inclusivo) y orientar las peticiones a lo que ahora es “chachi” promover desde los países donantes…
Ay.
Por cierto, debo comprarme nuevos zapatos, los “pisamierda” tienen huecos… ¡Pero es que son tan bonitos!
Comentarios
Y comparto tu preocupacion, mas que la solucion del problema, pareciera que su objetivo es garantizar que algunas cosas se mantengan y con ellas .. la 4x4
Pero el verdadero proyecto de mejora del país a quién le pertenece, quién se hace cargo???... en manos de los políticos tradicionales estamos condenados a necesitar todos zapatos de todos los colores pisamierda, porque es lo único que habrá regado por todos lados siempre...
Como todo izquierdista del mundo, caviares o rojos de verdad, necesitan de los pobres, para lucrar de ellos (sino de que mierda viven)....
los caviares, desde sus ong's, donde bien vestidos, bebidos y comidos piensan (alguna vez) en sus "beneficiarios"....mientras maquinan nuevas donaciones que haran crecer sus casas o decorar su departamentos, amén, de viajecitos vía amsterdam..
los rojos, desde los sindicatos que lideran sin nunca haber trabajado, o desde algún partidito financiado por gringos hippies...
una mierda todos ellos....
pero ya sabe, cuando tenga su land rover, contrateme de fercho, ello me haria suficientemente feliz....
y algún canape que le sobre, por cierto.
Yo creo que será más factible comprarme una 4x4 trabajando en otra cosa y dentro de 20 años. Afortunadamente, pertenezco a un segmento social donde se me perdona por no ostentar... Es más, ni se me nota.
La institucionalización de la mendicidad, mi querido JL... Qué terrible, ¿no? Lo peor de todo es que no piden dinero los que necesitan, sino sus buenos, buenisisísimos intermediarios. Un asco. Luego los ves andando por Pardo (Miraflores, Lima) y son incapaces de darle un sol a la abuelita que está frente a Vivanda, con un tumor en la boca. ¿Será que están empeñados en "enseñar a pescar"? Hij@sde...
Nicky, mi buen Nicky, aprenderé a conducir la 4x4, no necesitaré fercho, pero igual te agradezco el interés. Y siento decirte que no tengo canapés de esos, yo me encargué de escribir las grabaciones, no estuve más que en la entrada, me veía demasiado "mal" para pasar con los demás. Es la formalidad que se nos aplica a los peruanos, no habría sido igual si fuera yo española hippie en harapos caros y perfectamente combinados.
Conozco el lugar que me corresponde y prefiero que sea así, me viene bien guardar cierta coherencia.
Lo bueno es que todo esto ya se acaba... Ya se acaba.
pos al menos me puede sacar a pasear....en tu todoterreno....
por cierto, espero, antes que regreses a tu habitat bilbaino.....me concedas unas chelas (o chilcanos) en algun bar proletario ...
Saludotes TCalle.