Idiomas
Íbamos un amigo y yo, por la UPV, conversando sobre política latinoamericana…
Mejor dicho, venía mi amigo, buen español de 26 añitos, izquierdista con postgrados varios, entorno diplomático, ninguna experiencia laboral y aspirante a funcionario de ONG (si no acaba en la ONU, que es lo más seguro), contándome las ventajas de Chávez para los venezolanos, Correa para los ecuatorianos y Morales para los bolivianos, cuando se interrumpió al observar en el monitor de la cafetería una entrevista a Zapatero.
Luego del intercambio de críticas, que siempre son esperadas después de la aparición de alguna figura pública ideológicamente tibia, como es el caso del buen presidente de gobierno español, señaló ensañadamente que el hombre, para colmo, no hablaba una palabra en inglés. Que era una vergüenza, que ya había quedado en evidencia más de una vez, etcétera.
Yo, puesta en la discusión y habiendo adoptado mi media sonrisa imperceptible y un tono de voz agridulce, dije: “Te apuesto lo que quieras a que Evo Morales tampoco sabe hablar inglés”…
Él me miró, con los ojos muy abiertos, y respondió: “¡Pero eso es diferente!”.
Y yo, intentando ordenar la cantidad de ideas que se me agolpaban entonces en la cabeza, pregunté: “¿Por qué es diferente? Ambos son jefes de Estado. Es verdad que Zapatero tendría que saber desde antes, porque seguramente ha tenido más oportunidades. Pero Evo debería aprender también, ahora que puede contratarse un profe particular, ¿no te parece?”.
Lo dejamos ahí.
Sin embargo, me quedé pensando en la actitud de mi colega, ese permisivismo compasivo ante alguien que no, absolutamente no ve como a un igual (o sea, el boliviano). Porque claro, a “su semejante” sí lo critica con dureza, sin pensar mucho en los motivos de su prejuicio, pero al otro, como representa tantas cosas santas y lejanas, como siempre estará en desventaja frente a las arcas y privilegios europeos y estamos en épocas de reivindicación y culpabilidad histórica, pues… ¿Se le “deja ser”, sin importar si bien o mal? ¿Se trata de una política que ha extrapolado ciertas maneras de padres recién divorciados, consentidores con el púber problemático?
Sí, esa es la impresión que muchas veces he sentido en mis andanzas por aquellos lares: ellos son padres, nosotros somos hijos. Porque una cosa es hacer un análisis de las posibilidades de cada persona y, a partir de ahí, determinar la exigencia, y otra bien diferente, consentir niveles de rendimiento inferiores al promedio, debido a un confuso sentimiento de exagerada compasión, venido a cuenta por muchos motivos sociales y antropológicos que no intentaré describir aquí.
La compasión es una virtud, pero en tanto no olvidemos la igualdad...
Mejor dicho, venía mi amigo, buen español de 26 añitos, izquierdista con postgrados varios, entorno diplomático, ninguna experiencia laboral y aspirante a funcionario de ONG (si no acaba en la ONU, que es lo más seguro), contándome las ventajas de Chávez para los venezolanos, Correa para los ecuatorianos y Morales para los bolivianos, cuando se interrumpió al observar en el monitor de la cafetería una entrevista a Zapatero.
Luego del intercambio de críticas, que siempre son esperadas después de la aparición de alguna figura pública ideológicamente tibia, como es el caso del buen presidente de gobierno español, señaló ensañadamente que el hombre, para colmo, no hablaba una palabra en inglés. Que era una vergüenza, que ya había quedado en evidencia más de una vez, etcétera.
Yo, puesta en la discusión y habiendo adoptado mi media sonrisa imperceptible y un tono de voz agridulce, dije: “Te apuesto lo que quieras a que Evo Morales tampoco sabe hablar inglés”…
Él me miró, con los ojos muy abiertos, y respondió: “¡Pero eso es diferente!”.
Y yo, intentando ordenar la cantidad de ideas que se me agolpaban entonces en la cabeza, pregunté: “¿Por qué es diferente? Ambos son jefes de Estado. Es verdad que Zapatero tendría que saber desde antes, porque seguramente ha tenido más oportunidades. Pero Evo debería aprender también, ahora que puede contratarse un profe particular, ¿no te parece?”.
Lo dejamos ahí.
Sin embargo, me quedé pensando en la actitud de mi colega, ese permisivismo compasivo ante alguien que no, absolutamente no ve como a un igual (o sea, el boliviano). Porque claro, a “su semejante” sí lo critica con dureza, sin pensar mucho en los motivos de su prejuicio, pero al otro, como representa tantas cosas santas y lejanas, como siempre estará en desventaja frente a las arcas y privilegios europeos y estamos en épocas de reivindicación y culpabilidad histórica, pues… ¿Se le “deja ser”, sin importar si bien o mal? ¿Se trata de una política que ha extrapolado ciertas maneras de padres recién divorciados, consentidores con el púber problemático?
Sí, esa es la impresión que muchas veces he sentido en mis andanzas por aquellos lares: ellos son padres, nosotros somos hijos. Porque una cosa es hacer un análisis de las posibilidades de cada persona y, a partir de ahí, determinar la exigencia, y otra bien diferente, consentir niveles de rendimiento inferiores al promedio, debido a un confuso sentimiento de exagerada compasión, venido a cuenta por muchos motivos sociales y antropológicos que no intentaré describir aquí.
La compasión es una virtud, pero en tanto no olvidemos la igualdad...
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Ay, el paternalismo. El universal, repetitivo, único, cancerígeno paternalismo.
Comentarios
Por eso tomo con pinzas el mundo academico, la teorizacion y la falta de contacto con la realidad es un riesgo, por eso una buena universidad debe balancear la investigacion teorica de los profesores ordinarios (funcionarios) con los TP que vienen a refrescar con la vision de lo que esta pasando en el mundo real.
Regresando al tema de los idiomas, por otro lado la falta de contacto con el mundo real le habra hecho ignorar el hecho de que para edades o categorias laborales equivalentes muchos de los latinos, que llegamos a trabajar a España estamos mejor en el ingles que ellos; y claro... algunos para defender su ignorancia nos acusan de estar muy pendientes de los "yankis"......
Pero eso: complementariedad. Nada de juicios determinantes, ¿verdad?
En cuanto a idiomas, la "necesidad" que yo observo en el caso que comento queda determinada por un cargo público de gran trascendencia, que no por la nacionalidad o la cuna social.
Un abrazo.
Y si, "ideologicamente tibia"... eso puede definir bien a ZP, no se moja en nada y los juegos retoricos para no decir "crisis" ya llega a lo ridiculo en la mejor tradicion del "sostenella y no enmendalla".
Regresando a la condescendencia, mal hacen en mirarnos paternalistamente, a veces con la ideologia del que busca al "buen salvaje"... no mira que tan niños no somos, y que hay mucha (ir)responsabilidad nuestra en lo jodidos que estamos.
En cuanto a lo de ZP, él viene de una generación en la que lo primaba era la enseñanza del francés, y no del inglés, como lengua extranjera. Bien es cierto que podría mejorar su inglés, pero este aspecto lingüístico no lo veo como primordial para la labor de un político, sino su honradez al hacer las cosas (creo que ZP la posee) y el reconocimento de errores (creo que ZP no la posee en exceso, como ningún político, véase Aznar o Rajoy).
En fin, ZP, con todo, me parece el mejor presidente de la democracia moderna de este país, eso sí, todo es superable, evidentemente, incluso, lingüísticamente hablando.
Un saludo.
1) si.. estuvo mal, pero nosotros no somos descendientes de los que se fueron, sino de los que se quedaron.
2) Pero los introdujimos al mundo y a la civilizacion occidental y les dimos el idioma!
Y sobre el idioma si, la generacion previa (45 para arriba) estudiaba frances, pero en el intermedio creo que quedo una sin un conocimiento de lengua extranjera, y de ahi es de donde provienen los que hablan de ir pendientes de los "yankis", lo cual ya llega al absurdo si notas que lo hace alguien de mi profesion, en la cual ya damos por aceptado su omnipresencia so pena de quedar fuera....
Idiomas, lo importante para un lider y todos en general es poder comunicarnos.. deberia haber una sola lengua, pero no sucedio. Sea ingles o frances.. no importa, cuantos mas idiomas domines, mejores tu chances en comunicarte efectivamente (incluso leyendo fuentes o noticias en el idioma original).. que sea pobre, rico, de Europa o Andino, idioma Ingles o chino.. es secundario.
Inmadurez, eso es lo que siento por tu companero caminante, sin experiencia laboral, poco critico porque suena a que le gusta etiquetear a personas o pueblos con frases tajantes, y cerrado! Yo te hubiera respondido: Si, Evo no sabe ingles, deberia aprender tambien.. y, bla, bla, bla.!
Ojala tu amigo trabaje en una ONG, pero lejitos de Lima.. America Latina... o porque no? de este mundo. (No quiero ser injusto.. pero espero que madure.)
Lo demás es parte de un contexto anecdótico que podría bien distraernos o llevarnos talvez a discusiones interminables acerca del mar eterno de la política.
Saludos galileanos!
Otra cosa son las condiciones biológicas y socioculturales que rodean la formación de un ser humano: una gestación saludable, nutrición, etc.
Lo del balance entre formación teórica y experiencia en campo es muy importante. Adolecí mucho de ella en mi formación académica, tal vez por eso debí dedicar tantas horas de estudio a temas eclesiásticos y de moral conservadora, dizque como base de la deontología de la comunicación y cosas de esas. Pero es verdad también que más importante aún es tener capacidad para mostrar a los alumnos, en todo momento, la utilidad práctica de todos los memorizados conceptos.
Tener pasión y opinar no está mal, sólo que a veces quienes más opinan son las personas que menos de sí han dejado en el campo de batalla. Yo opino y una persona muy pobre puede burlarse tranquilamente de mí y de mis opiniones respecto a un mundo que no conozco bien, del mismo modo en que yo parafraseo a mi colega de este post (a fin de cuentas, todos en algún momento encajamos perfectamente en un estereotipo).
El "paternalismo" sí que existe, entendido éste como:
"Un sistema de relaciones sociales y laborales, sostenido por un conjunto de valores, doctrinas, políticas y normas fundadas en una valoración positiva del patriarcado. En un sentido más concreto, el paternalismo es una modalidad del autoritarismo, en la que una persona ejerce el poder sobre otra combinando decisiones arbitrarias e inapelables, con elementos sentimentales y concesiones graciosas.
Para el Derecho constitucional, el Estado paternalista es aquel que limita la libertad individual de sus ciudadanos en base a unos valores axiológicos que fundamentan la imposición estatal. De esta manera, se justifica la invasión de la parcela correspondiente a la autonomía individual por parte de la norma jurídica, basándose en la incapacidad o no idoneidad de los ciudadanos para tomar determinadas decisiones que el Estado considera correctas." (Gracias, Wiki).
El asunto del paternalismo lo he visto claramente al leer (y no morir de indignación) los lineamientos impuestos por el sistema de cooperación internacional a los proyectos de desarrollo de los países del Sur. Ni qué decir de lo que he vivido trabajando en campo. Esto, como ejemplo pequeñito de los sistemas de gobierno y económicos a nivel internacional.
Mucho cuidado hay que tener con la reivindicación de lo incaico o autóctono como máxima alternativa de vida, en detrimento del consumismo salvaje que nos tiene mareados a quienes leemos la letra pequeña antes de decidir una simple compra. Ya conversaremos sobre eso.
El tema de los idiomas es más complicado de lo que parece. Por un lado, el acceso a información de calidad en la lengua natal es importante y un derecho de todas las personas, como derecho tenemos de conservarla. Al aprender un idioma nuevo, y esto lo digo por experiencia personal, estamos adquiriendo un código bastante importante que nos ayudará no sólo a comunicarnos mejor, sino a comprender una cultura distinta a la nuestra. La experiencia es maravillosa (y eso que yo sólo soy "lectora", pues mi vocabulario al hablar es una mierdecilla perdida en el bosque).
Mejor dicho, opino que un jefe de Estado -y cualquier ser humano que tenga la oportunidad- debería saber hablar inglés por estrategia, más que para alardear de cualquier modo. Y el presidente boliviano es bilingüe casi de nacimiento, así que seguramente aprendería fácilmente (si no lo ha hecho ya) una lengua más.
Por otro lado, este es un tema de consideración-juicio de las capacidades ajenas que no se me habría ocurrido si alguien no lo mencionaba primero.
¡Muchas gracias por sus comentarios!