Damas en fuga
Y el pobre Mario, armado de paciencia, arrastrado contra toda voluntad al centro comercial, acompañando a la niña a comprarse unos bonitos pantalones pegaditos y “escaldantes”, pésimos para utilidades prácticas, pero lucen ideales en fiestas, más un par de blusitas decentes, por si acaso salimos esta noche con la gente.
Ya instalados y libres de todo mal, Ronald y Manu, que se quedó con nosotros anoche (¡lindo, Manu!). Mya apareció hacia las 22.30 y tomamos algunos tragos, entre que me daba una ducha y seguíamos todos viendo vídeos, fastidiando al dueño de la laptop, tomando fotos y tonteando, mientras decidíamos qué hacer.
De pronto, se acabó la Coca Cola. Los muchachos, prestísimos, ofrecieron ir por más, a cambio de la llave del auto de Mya. Ni hablar, así nomás. Tomen taxi.
Quedamos esperando, cual decentes damiselas, a que “nuestros hombres” volvieran en breve. Pasaron 20 minutos, y llegó a mi celular el inverosímil sms: “No hay Coca Cola por aquí. Nos vamos al centro”.
Algunos minutos más de prórroga, que sumaron media hora. Igual se han quedado en el barcito bohemio que hay en la esquina, o se han metido a alguna fiesta. Media hora más. Fotos entre amigas, baile “dance” en habitación ajena (cortesía de Su), una serie de timbradas insistentes, hasta que nos cansamos de oír la vocecita metálica del buzón de voz de Manu.
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¡Qué carajo, estos se han ido de juerga! Vamos a hacer algo nosotras también.
Darle vueltas a mi cuarto, actividad femenina, le llaman. Maquillaje, espuma de pelo (del chico "regio" de cabello largo), ropita nueva, sandalias veraniegas, polvo, lápiz labial nacarado, ¿qué tal me veo?. Te ves lindísima.
Una última foto, de mensaje para los chicos. Hay que ser considerados, ¿no? Así no se preocupan por nosotras y al menos sabrán qué estamos haciendo:
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Bonita noche, noche de chicas solas, con un auto que va gritando con mucho estilo el “Dark Light”. Somos felices, regias y hoy nos comemos el mundo.
Bailamos hasta tener hambre. Comimos hasta sentir cargo de conciencia de tanta caloría. Volvimos. Manu y Ronald, dormidos. Mario, en esta misma laptop: “¿Dónde estuvisteis, muchachas? Pues por ahí.
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Por cierto, Su, te quiero mucho... ¡Y te extraño! Ha sido un honor tenerte en casa estos días. Y Mario: ¡Disfruta Cuzco, por Ronald y por mí! Hasta pronto, par.
Comentarios
Pobres tus "zánganos", debes tenerlos el vilo todo el tiempo... ¡MAESTRA!
Abracito...
Sí pues, al final hicimos lo que quisimos, que es como venimos viviendo estos últimos años locos y productivos.
Y no agradezcas, que para eso están las amigas (y "recicladoras" de antiguos pretendientes complicados, jejeje).
Un besooooote! Saludos al Daniel.
Yo, con todo cariño.
http://www.youtube.com/watch?v=YF1wFoC-zs8#NSi-edvEqPc