¿Es culpa mía? ¿Acaso hay una edad en la que queda prohibido hacernos ilusiones?
No... Sin las ilusiones, ¿cómo prepararíamos nuestro corazón para acoger en él a un nuevo y querido extraño? Racionalmente puedo admitir que es buena persona y desear conocerle más, pero, ¿cómo llego a querer quererlo?
No, las ilusiones no están mal... ni siquiera estuvo mal pensar que las respetaría y que no las rompería como lo hizo, porque él estaba tan ilusionado como yo.
Me niego a andar por el mundo desconfiando de la gente a la que quisiera poder querer, pues ya bastante tengo con cuidarme las espaldas de los "tangenciales" obligados que cada quién se encuentra en la vida.
Y no voy a dejar de ilusionarme, porque sería condenar mi corazón a dejar de querer... y quizás dejar de ser como me gusta ser.
5 comentarios:
Bien por ti! No te rindas y sigue siendo quien eres. El mundo es un sitio mejor cuando llevamos la fe en el ser humano como prendedor.
Fe. Exactamente.
La vida es una sola y hay que vivirla al máximo y con la convicción que siempre nos va salir todo bien.
bye saludos karelita
Sólo para informarle señorita que desde ayer mi humilde blog ha puesto a disposición del mundo un link hacia su interesante página. Saludos tocaya.
Muchas gracias :)
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