Incoherencias comúnmente humanas

Esto pasó hace más de un mes:

He prometido nunca comer delfín, salvo que esté a punto de morir de inanición y no me quede otra.

La otra noche fui a visitar a mis amables ex – vecinos del piso de abajo, a su pizzería. Quería saber por qué, de un día para otro, decidieron abandonar un departamento que, decían, les encantaba, complementaba la vida y les servía para criar a sus tres perritas adorablemente ruidosas, sin que nadie les dijera pío.

Pues resulta que los asaltaron llegando a casa del negocio, como la 1 de la madrugada. La efectividad del robo a mano armada delata todo un trabajo de seguimiento y planificación. Ya el barrio no era seguro (para nadie). Estaban entre abandonar y quedarse, consultaron con la casera, quien aprovechó el pánico para decir pío con respecto a las ruidosas cachorritas (muy oportuna, ella), y se acabó, se fueron, incluso sospechando que la vecina de arriba (o sea, yo), se había quejado del ruido.

He de confesar que los ladridos resultaban irritantes, además que los lanzaban en todos los tonos y ritmos posibles, especialmente entre las 11 de la noche y las 2 de la mañana. Pero ya estaba muy acostumbrada y, de hecho, todo el barullo aquél me daba seguridad y disipaba un poco esa sensación de soledad que suelen tener los departamentos de soltero. Así que no, no fui yo. Pudieron ser los vecinos de al lado, o cosas de la misma casera, ¿no?

Por esos días anduve seriamente “sicoseada” con pesadillas, malos augurios, nerviosismos e insomnio. Habría sido una tranquilidad saber que se trataba de algún exagerado síndrome premenstrual, pero la regla estaba aún lejos, así que no, nada de eso. La solución: actuar como menopáusica histérica, inventarme apariciones, poner toque de queda al enamorado (no me puedes ir a visitar después de las 10, porque es peligroso), y dormir con la luz encendida dos semanas seguidas.

De esto y aquello conversaba con los vecinos, mientras devorábamos un delicioso y engordante bocadillo de pan al ajo con queso derretido, cuando llegó David, previa llamada al celu, para saludar y llevarme al hotel de su tía, donde los excéntricos y alegres gambianos, que por unos días tomaron Piura, darían un recital de música y danzas folclóricas.

Haciendo tiempo, para no irnos justo después de comer, conversamos sobre edificios “pesados”, fantasmas, perritas que no le hacen daño a nadie, casas más grandes y posibilidad de mudarme con ellos cuando se acabe mi contrato (aseguré que lo dejaba en agenda, para pensar). Halagando el sabor del pan y el toque exacto de ajo, mi buen David, sin importarle cuán guerrillero podría resultar el comentario, dijo:

- ¿Alguna vez han probado delfín? Cuando lo sirven con ajo es realmente delicioso.

Sepulcral silencio nos cubrió. El otrora alegre anfitrión tornose rojo de ira y, mal controlando los espasmos vociferantes, sentenció:

- ¿Cómo es posible que hagas semejante comentario? ¡Tú no deberías llamarte humano!

Su esposa secundó esta y cada una de las frases que vinieron luego:

- ¿Acaso no has visto en los documentales del Discovery Channel que estos animalitos están en peligro de extinción? ¡Y son inteligentes, más inteligentes aún que algunos hombres! Además, en el documental dijeron que el delfín es el único animal capaz de hacer reaccionar a un niño con autismo, ¿te das cuenta? ¿Y si tú tuvieras un hijo con autismo? ¡Qué barbaridad! Nunca más digas que has comido delfín, es un crimen…

David sonreía, un poco avergonzado y otro poco sin entender bien tal reacción:

- Oye, el delfín se come de todas maneras, lo malo es la caza indiscriminada y la crueldad, pero el comercio de esa carne existe y…

Interrumpí sin disimular las ganas de cambiar de tema:

- ¿A qué hora era eso de los de Gambia?

David me siguió el juego, fue el escape perfecto:

- Es… ¡Hace 10 minutos!
- Bueno, ya vamos, ya vamos…

El anfitrión, otra vez de su color natural, entró en la conversación:

- ¡Ah! Es la hinchada de los gambianos que han llegado a ver jugar a su equipo, ¿no?
- Sí –responde David-, y son alucinantes estos patas. Imagínate que para venirse a Piura han fletado un avión, han llegado con el Gobernador y dos funcionarios diplomáticos, creo que hasta un ministro. Han fingido desperfectos, han pedido permiso para aterrizar en el aeropuerto y andan por aquí, como si nada. Ya han hecho varios recitales, ¡son lo máximo!

Alerta roja, los anfitriones se han quedado mudos otra vez, con los ojos muy abiertos, sólo que ya no colorados de ira, sino pálidos. Él dice:

- ¿Cómo? ¿Se han venido sin documentos? ¡Eso quiere decir que no se han puesto vacunas ni nada de eso! ¡Qué peligroso! ¡Eso es una locura, una desconsideración! ¿Has visto en los documentales del Discovery Channel la cantidad de pestes y enfermedades que hay en el África? ¡Esos negritos podrían estar infectados y nos van a contagiar! No, no me parece que los hayan dejado entrar, ha sido una irresponsabilidad. Debieron dejarlos en el avión, sí…

No recuerdo cuánto más nos mantuvimos sosteniendo la conversación, pero nos fuimos tranquilos y en paz. De todos modos, los anfitriones son buenos tipos y no iban a ahorcarnos, ni nada por el estilo. Igual salimos tranquilos, fuimos al recital y lo disfrutamos… bueno, yo lo habría disfrutado más, si no fuera por mi gripe y mis tacos viejos de oficina. Bonita experiencia.

Así las cosas.

Comentarios

Mamá de 2 dijo…
Eh... sí, tal parece q sí.
Ernesto dijo…
Vaya Angela.. un post interesante interrumpido por los Spammers, me alegra ver que ya hayas puesto la activacion de palabras....
Pues menudo elemento el tal David, si... que tus vecinos saltaron un poco, pero creeme, los entiendo.
Delfin!!! Se pasa definitivamente...
Ahora... la verdad es que no entiendo mucho de que es lo que hacen esos de Gambia por el norte....
Sin animo racista, solo cuando ves a africanos te das cuenta que los zambitos de la costa peruana son nordicos al costado de ellos.
Veo un video de HIM mientras te escribo.... :D, espero tu coordinacion.
Mamá de 2 dijo…
¡Qué tal, Ernesto!

Te cuento, los de Gambia vinieron porque su selección nacional de fútbol Sub-17 jugó en Piura. Fue todo un suceso eso de fletar el avión y tal.

Y, sin ánimo de justificar, defiendo ideales conservacionistas y ecologistas, siempre y cuando tal tendencia no me haga maltratar a mi especie... y no puedo evitar recordar a la buena Briggite Bardot, su hijo y sus focas.

O más cerca: tengo un tío q casi se va de casa pues se negó a deshacerse de todos sus gatos, ya que a su hija mayor le detectaron infertilidad por toxoplasmosis.

O defender a los delfines santificados, pero tildar a los africanos NEGROS de "infectos" (y digo negros, porque de haber sido egipcios, argelinos o gringos sudafricanos, ni se enteraban).

Muchas batallas se libran en el mundo... A eso iba con "incoherencias"...

¡¡¡Lo que no justifico es el salvajismo conciente y la bestialidad de acabar con una especie a la mala, sin respetar habitat, ni ciclos de fertilidad, ni nada!!! ARG!!!

Bueno, no sigo, que si no...

¡Un abrazo!

P.D.: ¿Cuánto cuesta el Dark..., más envío?
Ernesto dijo…
Vamos a ver... hay 3 versiones!!!
La regular:
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&Code1=4215514497&Code2=198&prodID=553579
La especial:
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&Code1=1386267833&Code2=209&prodID=554265
Estos dos los puedo comprar en tienda fisica y los llevaria en diciembre.
El otro es la edicion limitada que te dije, revisa cuanto cuesta que te lo envien a Peru, a mi me sale casi 5 euros el envio a España!!
Igual este otro podria ser interesante:
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&Code1=2513248108&Code2=205&prodID=546424
Anónimo dijo…
Jeje gracioso, bipolar.

Entradas populares