Dentro
Y no sé cuándo voy a estallar, la verdad. Desde que empieza el día, reclamos, tonterías, mujeres sabias que nunca se dejaron amar (nunca sufrieron) y la soledad las ha vuelto duras, groseras y niñas (o groseras como niñas, también puede ser). Creo que me han caído mal los sándwiches de sardinas (dijo Yuri que olían a “mujer”), y debo esperar que las señoras de limpieza desocupen el pasillo, para ir al baño elitista a lavarme los dientes (eso, o comprar pastillas de menta). Es increíble el modo en que he dejado a la nicotina adueñarse de mi cerebro. Gracias a algún dios existen los cigarrillos, o mi mañana habría sido más insoportable de lo que ya, entre cinismos, citas a santos, malos olores y el sonido del scanner. Y he pasado bastante tiempo sin gritar, ni tirarme de los pelos. Pero aquí, alrededor, el trabajo sigue, aún en hora de almuerzo. Así es siempre, sacrificadas hora de almuerzo, siesta y sueño nocturno saludable, ¡pero ay de ti si llegas algo tarde por la mañana! Políticas, políticas, políticas (mi buen amigo Cobra recomienda el estado "automático", dice que le llaman instinto de supervivencia). Alguien pretende venderme sistemas de funcionamiento modernos de oficina, pasando por sobre todas las jerarquías. Me he vuelto burócrata, ahora las jerarquías también son parte de mi vida, la dignidad humana es la misma, contesto, pero las capacidades no. En eso consiste el equilibrio, es la base del trabajo en equipo: que todos no seamos buenos en lo mismo. Además, ¿quién paga los platos rotos del grupo? ¿El jefe, no? La catarsis por msn cuando descubrí una cara más del quíntuple cara que tengo en el trabajo no me ha servido. Es que no estoy hoy para haber salido de mi casa, hoy llevo una nube gris sobre los hombros y me arde la garganta de tanto fumar (ya estoy sintiendo deseos de uno más, a este paso acabaré mi recién comprada cajetilla en pocas horas). No pues, hoy me tocaba vegetar y rumiar las penas en cama, abrazando el conejito aquél de pantalones rojos. No puedo evitar sentir nostalgia cuando te veo, cuando noto que falta un botón en tu ropa, bicho, que se lo llevó ese novio que tuve el año pasado, ¿lo recuerdas? Quedamos en que te lo devolvería cuando nos volviéramos a ver, pero ya hace rato dejamos esa babosada y mejor te compro un botón nuevo, que así es la vida y así de rápido se cambian los sentimientos (o nos morimos de amor, y eso no es bien visto en estos tiempos, como comprenderás). Voy por el cigarrillo, que no tolero el ruido que viene de la reunión del fondo, en hora de almuerzo. No vuelvo a meterme en ese asunto tan de última hora, que luego los errores son reclamados con bilis de niña malcriada y hoy soy la más malcriada de las ancianas, no respondo de mí. Ya no sé, no me he sentido bien desde la semana pasada, y las torturas psicológicas del enamorado no ayudan. Ni siquiera he podido hablar con el importante, para dejar claras algunas cosas. Ay, es que no somos nada. Y mil problemas difíciles ocurriendo alrededor, verdaderas pruebas de espíritu para gente que ya se ganó el cielo. Y yo, ni esto, ni aquello. Sólo, morderme los labios cada vez que escuche al séxtuple cara citar las sabias enseñanzas del santo aquél, por enésima vez, para quedar bien, y seguir desparramando nuestras tripas a diestra y siniestra, por donde le dejen. ¿Acaso somos imágenes, nada más? Va a resultar ser verdad aquello de existir sólo en tanto se nos percibe. Sí pues, eso parece. Y mi buen amigo de Puerto Rico, contándome cuentos de hadas y diciéndome, de todo corazón, bueno, niña, que tú no vives para complacer a los demás. Ve dentro de ti qué es lo que quieres de la vida y hazlo. Pero chico, no puedo, no puedo. Tantas miradas expectantes y tantos “padres sustitutos” dispuestos a aconsejarme sin que se los pida, han acabado convirtiéndome en la pequeña autómata que ahora soy, hasta me da asco haber pensado que tenía capacidad de iniciativa y raciocinio humano, ¡mira cuánto asco! ¡Qué asco, qué asco! Por lo menos escribo. Hoy me gustaría que mi vida se acabase en un post, puesta en letras rosa oscuro, sostenidas en la pantalla, sin nada más que lo que dicen, una y otra vez. Eso, eso mismo. Pero no, pues, mi vida no es un post. Ni modo, a seguir (ahora, además de un cigarrillo, también necesito un café). Menos mal que no fui la responsable de que se inundara el pasillo de las oficinas, ya habría sido el colmo de las torpezas para un lunes en la mañana. Me voy (por fin terminó la abnegada y laxamente inmoral reunión). |
Comentarios
No es lo mejor que puedo decir, pero sabes que tampoco me alegra mucho el verte sufrir, que entiende el mundo cuando algo asi nos golpea??
Nos vemos.
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Ernesto
Pero eso es para los boleros, para el estrés diario me defiendo con marlboro rojo (el light no raspa, el sufrimiento aunque sublimado debe seguir siendo sufrimiento, sino ¿cuál es la gracia?) y alguna cerveza, raja la garganta pero no la rompe.
Jum. Si yo fuera él, dónde guardaría ese botón botón botón?
El pobre respondió que le gustaba guardarlo como recuerdo, pero que si se lo pedí es porque en realidad lo quería, así que lo enviaría. Le dije que si al paquete podía agregar el Dark Light, de HIM, se lo agradecería muchísimo, jejejejejejeje (es q está en España).
Vaya, respondió "ok"... Quizás tendré una compensación a los 200 soles en llamadas telefónicas porque la promo "habla lo que quieras con Telefónica" no funcionaba, justamente, con su celular (PLOP!)
Y bueno, gracias a todos por sus comentarios. La verdad es que me ha dado una gripe-casi-bronquitis q, de hecho, me quitará las ganas de fumar por algunas semanas. Salud por eso!
Un abrazo.
YO
Give me a break!
Lo que sí he hecho es botar a la basura o regalar todo lo que mis ex me han dado... Se trata de purgar todo luego de una ruptura, ¿no?... Creo q de lo único q no me desharía es de la música...
¡Saluditos!
Angela