Comiendo maní

Fue culpa de mis dos practicantes chinchanas, el par de chicas más activas, listas y lindas que he tenido a cargo (¡qué miedo, ahora soy jefa de practicantes... mayores que yo, además!).
Aparecieron con dos bolsitas, una llena de maní y dulce de yuca, y otra con más maní, una manzana enoooorme, una pera de agua y varios duraznitos. Lo cierto es que me conmoví, es bonito cuando te hacen regalitos así de la nada, sólo por el gusto de compartir contigo, en gratitud a alguna cosa buena que hiciste sin darte cuenta.
Bueno, me he pasado la tarde abriendo maníes, comiendo maníes y dejando caer algunas cascaritas en el piso de la oficina, toda una puerca. Y me he sentido Dumbo el elefante, no sólo por los cacahuetes, sino por cómo voy a quedar de gorda si sigo comiendo tantas calorías en verano (es que llevaba ya dos helados, una gaseosa y el almuerzo).
En fin, mañana purificaré mi cuerpo con agua y frutas. Ahora, sigo haciendo tres cosas a la vez, en la computadora (es que de todos modos debo avanzar con el trabajo), y pelearé un rato con los programas de fotografías, para colgar una imagen de mis compañeritos de oficina devorando el dulce de yuca.

Comentarios

Entradas populares