¿De qué color pintamos nuestra piel?

No sé los niños y niñas de ahora, pero cuando yo era pequeña solía pintarme rosa. Al menos en los dibujos de los primeros años, de doce colores fundamentales en cajitas de cartón. Una vez tuve acceso a un estuche plástico de veinticuatro plumones, todo un lujo. Vi nuevos tonos entre el rosa y el marrón, escogí un naranja “acanelado” (por llamarlo de algún modo) y, desde entonces, empecé a usarlo para mí y otros seres humanos de mi entorno. Fue tal vez el primer momento en que tuve conciencia de eso llamado raza.

Recordé recientemente todo este proceso porque Lucas, un niño sueco de 5 años, hijo de una querida amiga peruana, nos mostró este dibujo de sí mismo:

Pensé, con sorpresa: ¡Se pinta marrón!, y admiré de inmediato esa capacidad de percibirse diferente, sin sentirse por ello extraño. He observado a Lucas, sueco de nacimiento y herencia paterna, jugar juegos suecos con otros niños suecos, en sueco. Lucas es un sueco-peruano cobrizo que también habla español y se dibuja marrón. Yo soy una peruana cobriza y de niña me dibujaba rosa, porque nadie se atrevía a corregir ese error.

Comentarios

Uhm... yo creo que el niño se siente diferente, pero a la vez genial, especial. Tal vez hasta encantado de ser él quién rompe esa monotonia.

¡Estuche de 24 plumones!, lo recuerdo, vaya que era un lujo, como también lo eran los colores acuarelados.


Excelente post.

Saludos
Ernesto dijo…
Es curioso, yo demore un poco en percibir eso tal vez debido al hecho de que en la mesocratica Jesús Maria, los "diferentes" eran los contados rubios que había por ahí.... ya despues correlacione esos temas con la tele y la parte social, pero esa es otra historia..

Plumones.... nunca me gustaron, ni siquiera los "Carioca," me gustaban las crayolas y durante un tiempo pedi una caja de pastel..... ¡que tiempos!
Mamá de 2 dijo…
Hola chicos.

IKIPERU, bienvenido.

Sí pues, aquellos buenos tiempos en que sólo haciendo grandes méritos podías acceder a un estuche de 24 plumones. Luego, el proceso de pintar sin hacer un desastre y la frustración de ver que daba igual lo suave que presionaras sobre la hoja, igual se nos fastidiaba el dibujo que estaba detrás.

No creo que Lucas se sienta diferente, sólo es realista en su percepción. Suecia, hoy por hoy, no es un país de gente alta y rubia. Alucinarías ver la cantidad de razas distintas en una sola guardería.

Lo que me llamó la atención del dibujo de Lucas es precisamente ese realismo, conseguido gracias a la posibilidad de comparar su color de piel con niños y niñas de otras razas (aunque todos suecos).

Y el motivo por el cual decidí comentar este suceso es uno bien sencillo: cuando yo era niña, mi entorno social valoraba positivamente el ser blanco o los apellidos extranjeros. No era "normal" que un niño o niña cogiera espontáneamente una crayola marrón para dibujarse y pintarse a sí misma (ni políticamente correcto llamarle la atención por usar el rosa). Como mucho, se utilizaban diferentes colores para el cabello, cosa que casi nunca se hacía con la piel.

Por ahí va el asunto. Igual habría que darle unas vueltas más.

¡Un abrazo!
Anónimo dijo…
No he conocido a un niño pequeño que resalte este tipo diferencias. Es más, los personajes de sus juguetes, historias y TV son multicolores y ellos no lo notan.

Pero sí he conocido muchos adultos que organizan su vida y la educación de sus hijos según la taxonomía del humano. Habría que conversar con los padres del dibujante.
Mamá de 2 dijo…
Estimado Anónimo,

¿Eres psicólogo o docente? Sólo por saber en qué metodología basas tu observación, ya que tus afirmaciones son contundentes.

En todo caso, yo desde mis experiencias como canguro en un país multicultural, he podido darme cuenta de que los niños sí perciben las diferencias raciales externas (salvo los daltónicos, claro), pero nos les atribuyen todos los contenidos valorativos que sí poseemos los adultos. Esto quiere decir que no les dan mayor importancia, salvo que deban representarlas en dibujos o descripciones. Es entonces cuando se nota que, en efecto, se han fijado.

Lo simpático del asunto es que, para ellos, esa percepción resulta anecdótica.

Un abrazo y bienvenido.
Anónimo dijo…
Pregunté a Lucas acerca del autoretrato y su respuesta fue siemplemente que se dibujo a sí mismo, tal cual es. Cuando le pregunté si se sentia "diferente" me miro con sus grandes ojos como si le estuviera hablando en chino. Lucas no se siente diferente a nadia, simplemente es realista.
Atte
La madre.

Ps. Anonino: La taxonomia de los humanos, animales, plantas o lo que sea se lo dejamos a los antropólogos, biólogos y/o zoólogos que tienen tiempo y vocación para eso. No se si tendras hijos, pero si los tienes supongo que sabrás bien que el oficio de padre/madre no da tiempo para clasificar a nuestros hijos. Simplemente, somos padresö

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